miércoles, 25 de febrero de 2015

Jesús Martínez. Un día normal

Se levanta el fama a las ocho en punto, ni un minuto más, levanta a sus pequeños famas imprimiéndoles la prisa de la mañana, pues tienen que prepararse. Se asean, lavan los dientes, se visten y rápidamente desayunan. El cronopio le suena el despertador rin, rin, rin, pero lo apaga y se dice “cinco minutos más”, cuando se da cuenta han pasado veinte minutos, ahora vienen las prisas, levanta a sus pequeños cronopios y les dice “rápido, rápido que es tarde”, los viste con lo primero que pilla y se asean.
El fama después de llevar a sus famañiños al cole, regresa a su casa corriendo a realizar las tareas del hogar, no se deja nada fuera de sitio, todo bien limpio y ordenado. El cronopio al igual que el fama, lleva a sus cronopioñiños al cole y después no tiene ninguna prisa por volver a casa, una vez ha vuelto hace lo justo y necesario para que su día sea placentero y tranquilo.
El fama tiene que tener todo controlado y sin salirse del guión mientras que el cronopio va haciendo según surgen las cosas.


Jesús Martínez 

Toni Rodríguez. A la playa


Un Fama quedó con su amigo Cronopio para ir a la playa.
El Fama, muy metódico y previsor, consideró que lo más adecuado, era coger la sombrilla, la crema solar, la radio, la silla plegagle, agua fresca y un poquito de fruta por si tenía hambre.

El Cronopio, muy práctico, lo tenía más claro. Toalla no cogería porque iba a estar en el agua, sombrilla no, porque quería tomar el sol, agua no, porque hay demasiada en el mar, y fruta tampoco porque acababa de comer.

La cuestión, es que se fueron a la playa.
El Fama, nada más llegar, puso la sombrilla , extendió la toalla , desplegó la silla y se untó de crema protectora.  
Comenzó a dudar si debía bañarse, o no. Pensaba que le podía dar un corte de digestión o incluso si se podía ahogar.

Su amigo Cronopio, en cuanto llegó… hala…¡Al agua patos, qué buena que está…!
Le insistía a su amigo Fama que por qué no se bañaba.
Se pasó horas y horas dentro del agua. Después dejo secar su cuerpo permaneciendo de pie en la orilla.
Mientras tanto, el Fama no salía de la sombrilla por si se quemaba con el sol. Con sus ciruelas, sus cerezas, y su botella de agua.

Allí estaban…
Uno en la orilla…otro en la sombrilla, sin prácticamente dirigirse la palabra.

Al final, el Fama, haciéndole señales al Cronopio le indicaba que debían irse a casa…

Así es como un Fama y un Cronopio pasan un día de playa


        Toni Rodríguez

miércoles, 18 de febrero de 2015

Akvile Jocyte

El cronopio se levanta por la mañana , y sale de su casa a ver el sol, cuando de repente ve que el día estaba nublado como si estuviese triste, el cronopio veía como los famas solo querían dinero y cómo poder tener más y más dinero, el cronopio se daba cuenta de que los famas no veían más allá de el trabajo y el dinero, al cronopio se le ocurrió una idea para que los famas no fuesen unos amargados y cansados. El cronopio hizo una fiesta para los famas para que se despejasen y no dieran tanta importancia al dinero y al trabajo, y de que se dieran cuenta de que el dinero no es la felicidad, la felicidad está en los cronopios que te ayudan, te apoyan y siempre quieren lo mejor para los famas.  

       Akvile Jocyte     

domingo, 8 de febrero de 2015

Emilia Sierra

Un cronopio, siempre estaba alegre.
Siempre alegre compartía sus cosas aunque  se quedaba sin ellas.
Llamaba a las puertas pidiendo para los que no tienen nada.
Nunca abrieron la puerta.
El cronopio no desesperó: confiaba, respondía  con sonrisas ayudando lo que podía
a los que tenía cercanos con amistad escuchando sus puntos de vista.

FAMAS atesoran y alardean de lo que tienen, sin pensar que gran parte lo tienen
Del esfuerzo y trabajo a bajo precio pagado al cronopio casi siempre….
Presume y repite lo mismo siempre que está con cronopio,
Tengo terrenos, tengo pisos, etc etc
Tú no tienes, yo soy más,
Más que, más persona.


Emilia Sierra

viernes, 6 de febrero de 2015

Un cronopio fantasma!!!!!!! Laura




De pronto don cronopio encendió la tele y ahí estaba , el chef fama dispuesto a cocinar. Tenía sobre la mesa la receta y junto a ella los utensilios que iba a utilizar así como los ingredientes necesarios, debidamente pesados. Entusiasmado con la propuesta, don cronopio decidió seguir los pasos del chef fama. Cuando la receta apareció en pantalla no se molestó en copiarla, observó lo que llevaba y se dijo - en la despensa hay todo lo que necesito, ya lo cogeré a su tiempo!!!
En forma detallada y cautelosa el chef fama comenzó a trabajar, lo primero el bol dónde mezclar y seguidamente el primer ingrediente. Al mismo tiempo, en su cocina, don cronopio la empezaba a liar, porque para cuando consiguió el bol y el ingrediente, en la tele el chef fama el ingrediente tres estaba por agregar. La cocina de don cronopio era un constante trajinar y obviamente, su receta no iba a la par, pero su buen ánimo aumentaba , tanto que , en una de esas idas por ingredientes venía con el paquete abierto de harina y comenzó a bailar tregua y cátala. Una nube blanca cubrió la habitación y don cronopio ,antes verde,ahora completamente blanco, se sintió un fantasma y emocionado, a sus vecinos salió a asustar!!!
El programa de la tele terminaba, el chef fama presentó el plato listo, miró a su alrededor, vio que todo estaba en su sitio y se despidió. En la cocina de don cronopio imperaba un blanco caos y debajo de él, una receta sin terminar.


                                                     
                                                        Laura

miércoles, 4 de febrero de 2015

Patricia González Piqueras. La vida de un cronopio



Erase una vez, un joven desaliñado, con pelo pelirrojo rizado y despeinado, este joven se llamaba Erik y vivía con su compañero de trabajo, Felipe, un fama de los pies a la cabeza.
Era una convivencia de risa, Erik siempre andaba de un lado a otro dejándolo todo por medio, desordenado, sucio, sin limpiar etc. Felipe era un joven ordenado, que necesitaba tener su vida bien estructurada, siempre tenía que ir detrás de Erik, eso le ponía los pelos de escarpia y enseguida se enervaba, se cabreaba, porque no podía ser o al menos eso pensaba que con la edad que tenia Erik pudiese ser tan desordenado. A Erik no le importaba lo mas mínimo llevar la ropa limpia y planchada, el trabajo ordenado, ni siquiera le importaba comer a sus horas,  comía entre horas y comida basura.  No planeaba su día a día, vivía todo en su momento, en cambio Felipe lo tenía que tener todo controlado y planeado desde días, semanas o incluso meses.
Felipe por darle un consejo a su amigo y compañero Erik, que era un raspa, le preguntaba que si no se cansaba de llevar toda su vida en desorden, Erik le contestaba que él no se preocupaba por la cosas, que vivía el momento y no quería planificar nada, que él era más feliz porque vivía momentos sin esperarlos, de la otra manera ya sabía lo que iba a suceder porque estaba hecho a propósito, planeado o buscado, eso no le gustaba. Lo que a Erik le gustaba era la aventura, sin pensar en lo que pudiese pasar, a veces habrían momentos buenos y a veces malos pero que así era la vida, vivir cada momento tal y como sucedía sin preocuparse de nada. Felipe se quedó pensando y comprendió que podría ser que tuviera razón, pero que él no cambiaría su vida ordenada por ser un cronopio como su compañero, ya que era feliz tal y como vivía su vida, planeada. Comprendió que no eran todos iguales que él, que cada uno tenía su forma de ser y su carácter y que no podía hacer nada por cambiar a Erik ya que su compañero era feliz viviendo como un cronopio.


Patricia González Piqueras 

Iván López San José. Se van de camping...

 Dos amigos, una fama y un cronopio, amigos desde la infancia, deciden irse de camping.
Bueno, el fama empieza a buscar camping, ruta, excursiones a realizar,
Dónde comer, qué ropa llevar, si va ha hacer frío o no etc….
El cronopio, mientras, solo espera el momento y ya se verá.
El día antes el fama le dice al cronopio, que a las 7 de la mañana lo recogía. La noche antes la fama coge su lista y empieza a repasar todo lo que se tiene que llevar. Mientras en casa del cronopio ve una película en el sofá. La fama se pone seis despertadores, mientras el cronopio se duerme en el sofá como todas las noches. En casa del fama suena el despertador una hora antes, en casa del cronopio……..
La fama se presenta en casa del cronopio 15 minutos antes de la hora, espera impaciente, el cronopio duerme.
Pasan 10 minutos de la hora, el fama decide tocar el timbre, pero sin éxito, después de 30 minutos, el señor cronopio decide despertar, deja subir al fama y ve que no tiene nada preparado y decide marcharse solo a hacer esa magnífica acampada.


IVÁN LÓPEZ SAN  JOSÉ